El soldado Bradley Manning ha sido condenado a 35 años por filtrar documentos secretos a Wikileaks.
El joven militar, de 25 años, reconoció haber entregado 700.000 documentos confidenciales al sitio de internet WikiLeaks, haciendo público lo que consideró eran abusos del gobierno estadounidense en los conflictos de Irak y Afganistán.
Manning se declaró culpable de una decena de cargos, que pueden suponer una condena de 20 años de prisión, pero la jueza lo halló culpable de hechos de espionaje y fraude.
La semana pasada el soldado ofreció sus disculpas y lamentó que sus «acciones hayan hecho daño a personas y hayan hecho daño a Estados Unidos«, luego de haber sido condenado en julio de los cargos de espionaje y fraude.
No obstante, Manning fue absuelto de la acusación más grave, la de ayudar al enemigo al divulgar documentación que ayudaría a la red Al Qaeda, lo que por sí sola implicaba una condena a cadena perpetua.
Durante las audiencias, la defensa destacó los problemas de identidad sexual del joven, y su difícil infancia con padres alcohólicos.
El exanalista de inteligencia obtuvo los documentos cuando se encontraba desplegado en Irak, y divulgó al portal de Julian Assange unos 250.000 cables diplomáticos y 500.000 informes militares clasificados.
Los documentos provenían de comunicaciones embajadas y consulados estadounidenses entre 1966 a 2010, mientras que los archivos militares eran informes confidenciales del Pentágono que revelaban abusos, torturas y asesinatos.
El soldado fue declarado culpable, entre otros delitos, de desobediencia al reglamento militar, fraude informático al utilizar un programa no autorizado por el sistema del ejército, desvío de los mecanismos de seguridad informática y almacenamiento ilícito de informaciones clasificadas.
Manning se ha convertido en un héroe para sus seguidores, que lo ven como un informante que sacó a la luz los vericuetos de la política exterior estadounidense.
Pero el gobierno estadounidense lo mostró como un traidor que puso en peligro a sus colegas militares y a Estados Unidos al filtrar los documentos a WikiLeaks.
El caso Manning ha tomado una dimensión particular en las últimas semanas tras las revelaciones del exanalista de la CIA Edward Snowden, que filtró información sobre una red masiva de escuchas estadounidenses y se encuentra en Rusia donde le fue otorgado un asilo temporario.